Empezó el mes de noviembre y desde Cáritas Buenos Aires nos preparamos para participar de la Jornada Mundial de los Pobres el domingo 16. El Papa León XIV, en el marco del Jubileo de la Esperanza nos recuerda: “El pobre puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable, precisamente porque la profesa en una condición de vida precaria, marcada por privaciones, fragilidad y marginación”, en su Mensaje para la IX Jornada Mundial de los Pobres.
Con el objetivo de profundizar en la reflexión y acción, proponemos crecer en el gesto de “tender la mesa” como un espacio de encuentro, de evangelización y de fraternidad.
La mesa tendida en nuestras comunidades
La mesa es uno de los lugares más humanos y reveladores de nuestra vida: allí nos miramos a los ojos, compartimos el pan, decimos “acá estoy”, dejamos entrar al otro en nuestra historia. La mesa es hogar, es abrazo, es comunidad. También es escuela de fraternidad: nos recuerda que nadie puede salvarse solo ni vivir sin ser amado.
En esta Jornada Mundial de los Pobres queremos descubrir a Cristo en cada hermano que se sienta a la mesa y por eso, como Iglesia en Buenos Aires anhelamos que este gesto sea más que una ayuda material: queremos reconocernos familia y compartir la vida con quienes cargan más peso sobre sus espaldas.
La mesa compartida es signo del Reino que Jesús ya está haciendo crecer entre nosotros. Cuando unimos nuestras manos para servir y partimos el pan con igualdad y alegría, la esperanza se hace visible. En un tiempo herido de soledad y descartes, sentarnos juntos es anunciar que nadie sobra y que Dios nos sueña hermanos.
A la luz de la Carta del Papa León IVX con motivo de la JMP queremos reflexionar juntos y esperar que esta Jornada nos renueve en la certeza de que la alegría del Evangelio se multiplica cuando se comparte, y que cada mesa pueda convertirse en abrazo, escucha y camino de dignidad para todos.
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