¡TENEMOS NUEVO VICEPRESIDENTE! Y queremos compartir con ustedes sus palabras con alegría:
Muy queridos compañeros y compañeras de camino:
Como algunos ya sabrán y otros se van enterando, hace unas semanas,
nuestro querido Padre Arzobispo Jorge Ignacio me ha nombrado vicepresidente
de Cáritas Buenos Aires. Desde ya agradezco este pedido que me hace, no como
título o nombramiento sino fundamentalmente como una invitación a trabajar
más en la organización de la caridad en nuestra Arquidiócesis.
Este es un desafío que de ninguna manera enfrento solo sino que lo hago
con la plena convicción de formar comunidad y así sentirnos hermanos y
hermanas. Por ese motivo lo primero que les quiero decir es: ¡gracias,
muchas gracias! por todo lo que hacen y trabajan y se preocupan y atienden y
se esmeran por el servicio de la caridad en nuestra convulsionada ciudad de
Buenos Aires.
El papa Francisco en Evangelii Gaudium nos dice: “el verdadero amor
siempre es contemplativo, nos permite servir al otro no por necesidad o por
vanidad, sino porque él es bello, más allá de su apariencia: «Del amor por el
cual a uno le es grata la otra persona depende que le dé algo gratis». El pobre,
cuando es amado, «es estimado como de alto valor», y esto diferencia la
auténtica opción por los pobres de cualquier ideología, de cualquier intento de
utilizar a los pobres al servicio de intereses personales o políticos” .Creo
firmemente que esto marca el hondo sentido de nuestro servicio en la Iglesia; y
además se yergue como meta a alcanzar en orden a nuestra identidad y misión:
amar a los pobres por ellos mismos y no por nosotros. Y así poner todo lo que
esté a nuestro alcance para poder lograrlo.
La dura realidad metropolitana y también nacional que nos toca vivir
-pero que además lúcidamente aceptamos en la esperanza- nos desafía a seguir
siendo creativos y a no bajar nunca los brazos. Muchas veces no se ha de esperar
más que cuando todo parece perdido. Nuestro querido Padre Arzobispo nos
exhorta a esto de manera especial: “así como el encuentro con Jesús en los
evangelios generaba alegría en las personas, también a nosotros nos tiene que
renovar en la alegría encontrarnos con Cristo en la Palabra, en la mesa de la
Eucaristía, en la vida de comunidad, en la cotidianidad de la familia y el
barrio, en el rostro concreto de nuestros hermanos más pobres, porque
tenemos la certeza de que Dios camina con nosotros y cada momento es
oportunidad de encuentro con Él”. Caminemos juntos y hagamos experiencia
de encontrarnos con Jesús y entre nosotros. Y que ese encuentro provoque una
sana alegría en el corazón que se traduzca en la sonrisa de los rostros y el
servicio a los más rotos y descartados de nuestro Pueblo. Más por amor, siempre
más por amor, que por cualquier otro motivo.